Por Luis
Gregorio Sosa Grajales*
No soy
el tipo de persona que cree que la escuela enajena, corta las capacidades de
los individuos o limita sus posibilidades creativas. Lo que sí creo, y
fuertemente, es que los centros escolares llegan muy tarde cuando se trata de
explotar la imaginación, los recursos y la creatividad de ciertas generaciones
de estudiantes. Aún seguimos padeciendo eso, y la relación de los jóvenes con
los Memes de Internet son un claro ejemplo hoy en día.
En
términos simples: un meme es una idea propagada por la red (en
forma de imagen, video, frases, hashtags, etc.) cuyo éxito o
popularidad la lleva a ser distribuida por los diversos canales que integran al
sistema (desde las redes sociales hasta blogs o correos electrónicos). Los memes son
la base de la cultura viral de Internet y muchas veces hemos
tenido acceso a ellos sin quizás darnos cuenta: desde el clip de la caída de
Edgar (hace ya un par de años) hasta los Rage Comics, pasando porBenshorts o
recientemente, con el video de Hitler enfadado por las pifias
de Peña Nieto en la FIL de Guadalajara.
Y es
que si bien el origen y desarrollo de los memes ha estado
vinculado a franquicias comerciales y al marketing contemporáneo, son jóvenes
(entre 13 y 24 años principalmente) los productores de más de 3/4 partes de
estos en el mundo. Es decir: hay mucha capacidad creativa dedicada a este
fenómeno, hecho que contradice la idea (ampliamente aceptada y actualmente muy
expandida) que caracteriza a la juventud contemporánea como entes pasivo-estatistas,
ausentes de talento y creatividad definida: ¿no es esta una forma de producción
de cultura y expresión creativa? Al parecer no para muchos, y si volteamos la
vista al caso de las escuelas, el tema se agudiza: ¿o acaso ha visto usted un
meme utilizándose en algún centro escolar?, ¿o mínimo cuándo fue la
última vez que vio que alguna de esas capacidades creativas de los jóvenes sea
al cien por ciento explotada por los maestros en el aula? La respuesta es más
simple de lo que pensamos.
Muchos
aún creen que la mejor forma de enseñar es aquella en la que fueron instruidos,
sin darse cuenta que las generaciones cambian y que estar vinculados con
aquello que los jóvenes hacen y piensan es menos negativo de
lo que imaginaron. Estamos tan acostumbrados a identificar el déficit, que
fácilmente perdemos de vista lo que realmente tenemos. Profesor (o padre
de familia): pregúntele a sus estudiantes (o hijos) sobre los memes, y
que tanto consideran que la creatividad que se dedica a los mismos puede ser
reorientada o explotada en algunas de sus clases, labores o actividades. La
respuesta puede ser más sorprendente de lo que imaginaron, pues la revolución
digital no transformó a los jóvenes en zombis o en
aislados irreflexivos carentes de pensamiento. No. Sencillamente movió sus
espacios de interés a otro lado… Ese otro lado digital al
que todos algún día todos tendrán que migrar.
* Originalmente
publicado por Publimetro.
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