La Stop Online
Piracy Act (SOPA) dista de ser una ley aislada que solo afecta cierto país o un
sector determinado de la población en la red: compromete seriamente la
naturaleza libre de Internet, y de aprobarse, es probable que la red como la
conocemos no vuelva ser la misma.
Muchos estamos
al pendiente de los peligros que emanan de este tipo de leyes que comienzan a
aprobarse en todo el mundo, sin embargo, poco nos hemos detenido a pensar como,
digamos en el mundo de la educación, podría afectarnos esta ley (o cualquier
otra que se encuentre en el tintero) si es aprobada.
Pensemos en dos
casos inmediatos: de entrar en vigor la ley SOPA, los proveedores de internet
estarán forzados a espiar e-mails en búsqueda de enlaces y material no
autorizado (lo cual representa espionaje directo y perdida selectiva de la
privacidad); de cometerse violaciones, las cuentas de correo podrían ser
bloqueadas, y los usuarios sospechosos podrían ser censurados. Imagina un
ensayo que no haya citado un autor o que incluya enlaces “inapropiados”: adiós
a la cuenta de correo del estudiante y del profesor que reciba este producto.
En las
comunidades online (esas redes sociales colaborativas a las que casi todos
pertenecemos) la ley es aún peor: la información se censurará si viola o hace
uso indebido de propiedad intelectual, lo que implica no solo un monitoreo
preventivo permanente en la red, sino la censura franca contra la expresión y
las ideas. Con esto, Internet 2.0 y redes sociales como YouTube y Twitter
dejarían de ser las mismas; muchos blogs desaparecerían, al igual que
Wikipedia. A ese nivel.
SOPA quizás
representa la primera de muchas leyes absurdas por venir que buscarán la
censura y el bloqueo de la libertad a la información y expresión en internet.
Gobiernos e intereses económicos tratan de trasladar el concepto bushiano de
“guerra preventiva” a la red, balcanizando este espacio virtual
con la intención de evitar nuevos Julian Assange, nuevos Anonymous o quizás que
la siguiente Primavera del Jazmín tenga lugar en Washington
D.C o Nueva York. Nosotros por nuestra parte, no debemos ser pasivos frente a
estos intentos de abuso a los derechos personales en la red. Internet
representa quizás uno de los últimos espacios verdaderamente libres en el mundo
actual, no lo perdamos. Ingresa a alguno los sitios dedicados a protestar
contra la SOPA, y no dejemos al Big Brother orwelliano ganar: americancensorship.org
®
Derechos Reservados. Originalmente
publicado en Publimetro (26/01/2012)
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