miércoles, 18 de junio de 2014

Redes sociales: ¿riesgo u oportunidad para el aprendizaje?

Por Luis Gregorio Sosa Grajales en co-autoría con Pedro Flores Crespo (UAQ)

¿Cuántas veces ha hablado con sus hijos sobre el tema de las Redes Sociales (RS)? ¿Cuántas veces le ha preguntado a sus estudiantes sobre las principales actividades que llevan a cabo en Facebook, Twitter o qué tipo de vídeos ven en YouTube? ¿Qué tan seguido le ha pedido a los estudiantes que usen Facebook o Twitter para las actividades escolares o en beneficio de su aprendizaje?

A través de las RS nos comunicamos, vinculamos y conocemos personas con quien compartimos intereses, aficiones o ideologías. Representan un cambio social y comunicativo acentuado; sin embargo, debido a lo repentino y acelerado de las transformaciones producidas por estos entornos virtuales, persisten dudas sobre las posibilidades, alternativas y riesgos que brindan estas plataformas digitales. ¿Por qué hay cierto rechazo hacia el uso de las RS?

Por un lado la carencia de habilidades tecnológicas (como el Lenguaje Tecnológico al que se hizo referencia en “TIC: Tiempo de ruptura”; Campus No.231), puede acentuar los prejuicios sobre las RS. “Critico lo que desconozco”.
Por otro lado, existe una fuerte dosis de desinformación, derivada de la tensión entre los mass media(sobre todo la televisión) y las RS. Los mitos, prejuicios y falsas concepciones auspiciados por la TV van desde noticias sensacionalistas sobre secuestros que tuvieron lugar gracias a Facebook o verdades a medias sobre conductas que llevan a cabo los jóvenes en redes como Twitter o Vine. Aquí el problema no es la carencia de habilidades, sino la desinformación y tergiversación que los medios masivos de comunicación hacen sobre las RS.
Mientras la disputa por el espacio comunicativo crece, el universo virtual está dominado por los jóvenes cuyo mundo se aparta de los códigos tradicionales de los adultos, quienes en ocasiones se acercan a las RS, pero con mucha resistencia y lentamente. Pareciera que en las RS los ausentes son padres de familia, profesores y directivos escolares y autoridades educativas. ¿Nos convendrá alejarnos de estos espacios y cuestionarlos sin mayor reflexión? En las RS, la juventud expresa libremente sus ideas, deseos y pensamientos, además de sus miedos, dudas, inquietudes y principales incertidumbres. Problemas cotidianos de la vida escolar y juvenil pueden estarse ventilando en las RS, sin que nadie les ponga la atención adecuada y en el peor de los casos, se ha prohibido el uso de estos recursos de información y comunicación. Con esto, quizás estemos cancelendo la posibilidad de un diálogo franco con una generación distinta. 
¿Realmente es eficaz la recomendación de que los jóvenes abandonen esos espacios virtuales ? Sorprende, por ejemplo, que se ligue automáticamente el uso de las RS con problemas de conducta, situaciones de riesgo o dificultades de aprovechamiento, aún cuando se ha comprobado que estos entornos virtuales potencian capacidades creativas y de innovación en los jóvenes. La creación de memes, por ejemplo, o el fenómeno de los vloggers y viners, son sólo uno de tantos ejemplos: ¿o acaso ya se olvidó cuál fue el primer medio de expresión y movilización política utilizado por los Indignados en España, el movimiento #Occupy en Estados Unidos o el #MásDe131 y YoSoy132 en México?
Las Redes Sociales representan una extensión de la vida de las personas; permiten explorar espacios de nuestra personalidad y hacen más sencilla la comunicación e interacción social. Restringirlas o limitarlas, equivale a cerrar los ojos ante una parte importante en la vida de miles de jóvenes.
Tratar de resolver los problemas de la juventud sin escucharlos es poco factible. Las RS constituyen foros donde las y los jóvenes se expresan sin muchos límites ni ataduras y representan entonces un buen espacio para conocer sus miedos, angustias y preocupaciones, así como sus aspiraciones e ideas. Por ello, sugerimos dejar de lado el prejuicio y perderle el miedo a tener una comunicación franca y directa con los jóvenes sobre Facebook y Twitter. Por ejemplo, se les podría pedir que nos expliquen cómo funcionan o qué aspectos del trabajo escolar puede realizarse mejor si utilizamos estos recursos tecnológicos. En ello, quizás no sólo comprendemos una herramienta tecnológica innovadora, sino que también podríamos afianzar vínculos intergeneracionales con los más jóvenes, aprender juntos un tema fascinante e inacabado y repensar nuestra papel de profesores o padres de familia. Las RS son una oportunidad para el aprendizaje colectivo.

Originalmente publicado en Milenio (Campus).

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