Por Luis Gregorio Sosa Grajales en co-autoría con Pedro Flores Crespo (UAQ)
¿Cuántas veces ha hablado con sus hijos
sobre el tema de las Redes Sociales (RS)? ¿Cuántas veces le ha preguntado a sus
estudiantes sobre las principales actividades que llevan a cabo en Facebook,
Twitter o qué tipo de vídeos ven en YouTube? ¿Qué tan seguido le ha pedido a
los estudiantes que usen Facebook o Twitter para las actividades escolares o en
beneficio de su aprendizaje?
A través de las RS nos comunicamos, vinculamos y conocemos personas con quien
compartimos intereses, aficiones o ideologías. Representan un cambio social y
comunicativo acentuado; sin embargo, debido a lo repentino y acelerado de las
transformaciones producidas por estos entornos virtuales, persisten dudas sobre
las posibilidades, alternativas y riesgos que brindan estas plataformas
digitales. ¿Por qué hay cierto rechazo hacia el uso de las RS?
Por un lado la carencia de habilidades
tecnológicas (como el Lenguaje Tecnológico al que se hizo referencia en “TIC:
Tiempo de ruptura”; Campus No.231), puede acentuar los prejuicios sobre las RS.
“Critico lo que desconozco”.
Por otro lado, existe una fuerte dosis de desinformación, derivada de la
tensión entre los mass media(sobre todo la televisión) y las RS. Los mitos,
prejuicios y falsas concepciones auspiciados por la TV van desde noticias
sensacionalistas sobre secuestros que tuvieron lugar gracias a Facebook o
verdades a medias sobre conductas que llevan a cabo los jóvenes en redes como
Twitter o Vine. Aquí el problema no es la carencia de habilidades, sino la
desinformación y tergiversación que los medios masivos de comunicación hacen
sobre las RS.
Mientras la disputa por el espacio comunicativo crece, el universo virtual está
dominado por los jóvenes cuyo mundo se aparta de los códigos tradicionales de
los adultos, quienes en ocasiones se acercan a las RS, pero con mucha
resistencia y lentamente. Pareciera que en las RS los ausentes son padres de
familia, profesores y directivos escolares y autoridades educativas. ¿Nos
convendrá alejarnos de estos espacios y cuestionarlos sin mayor reflexión? En
las RS, la juventud expresa libremente sus ideas, deseos y pensamientos, además
de sus miedos, dudas, inquietudes y principales incertidumbres. Problemas
cotidianos de la vida escolar y juvenil pueden estarse ventilando en las RS,
sin que nadie les ponga la atención adecuada y en el peor de los casos, se ha
prohibido el uso de estos recursos de información y comunicación. Con esto,
quizás estemos cancelendo la posibilidad de un diálogo franco con una
generación distinta.
¿Realmente es eficaz la recomendación de que los jóvenes abandonen esos
espacios virtuales ? Sorprende, por ejemplo, que se ligue automáticamente
el uso de las RS con problemas de conducta, situaciones de riesgo o
dificultades de aprovechamiento, aún cuando se ha comprobado que estos entornos
virtuales potencian capacidades creativas y de innovación en los jóvenes. La
creación de memes, por ejemplo, o el fenómeno de los vloggers y viners, son
sólo uno de tantos ejemplos: ¿o acaso ya se olvidó cuál fue el primer medio de
expresión y movilización política utilizado por los Indignados en España, el
movimiento #Occupy en Estados Unidos o el #MásDe131 y YoSoy132 en México?
Las Redes Sociales representan una extensión de la vida de las personas;
permiten explorar espacios de nuestra personalidad y hacen más sencilla la
comunicación e interacción social. Restringirlas o limitarlas, equivale a
cerrar los ojos ante una parte importante en la vida de miles de jóvenes.
Tratar de resolver los problemas de la juventud sin escucharlos es poco
factible. Las RS constituyen foros donde las y los jóvenes se expresan sin
muchos límites ni ataduras y representan entonces un buen espacio para conocer
sus miedos, angustias y preocupaciones, así como sus aspiraciones e ideas. Por
ello, sugerimos dejar de lado el prejuicio y perderle el miedo a tener una
comunicación franca y directa con los jóvenes sobre Facebook y Twitter. Por
ejemplo, se les podría pedir que nos expliquen cómo funcionan o qué aspectos
del trabajo escolar puede realizarse mejor si utilizamos estos recursos
tecnológicos. En ello, quizás no sólo comprendemos una herramienta tecnológica
innovadora, sino que también podríamos afianzar vínculos intergeneracionales
con los más jóvenes, aprender juntos un tema fascinante e inacabado y repensar
nuestra papel de profesores o padres de familia. Las RS son una oportunidad
para el aprendizaje colectivo.
Originalmente publicado en Milenio (Campus).
Originalmente publicado en Milenio (Campus).